Opiniones de los estudiantes extranjeros

Vladimirs Pylypenko, Letonia

la Universidad Estatal Rusa Immanuel Kant

Aquí realizo los experimentos con los que en Letonia sólo podía soñar

Debo admitir que, al saber de la participación en el programa de intercambio Erasmus Mundus, sentí una dualidad de sentimientos. Por un lado, sin duda, estaba contento de la suerte que me había tocado (la práctica en el laboratorio de estudios de genómica y proteómica en la IKBFU I. Kant). Por el otro, estaba un poco confuso, ya que, a pesar del hecho de ser ruso, nunca había estado en Rusia, pero en este caso se trataba de un largo período de cinco meses. Se me advirtió que mi nacionalidad no garantizaría la “integración” al entorno ruso, aunque fuera científico. Por lo tanto, en el camino hacia Kaliningrado, yo era feliz y estaba triste al mismo tiempo. Pero lo que se me abrió a la vista a la entrada de la ciudad, me puso contento: vi la Catedral, la belleza del paisaje...

En la estación a mi colega de Letonia y a mí, nos encontraron los tutores. El mismo día nos mostraron no sólo el mismo Kaliningrado, sino también una ciudad cercana: Zelenogradsk. Fuimos al mar, pasamos por las tiendas. Ya el primer día me di cuenta de que mi opinión de la ciudad se había formado, resultando ser muy positiva.

Al día siguiente me encontré con el jefe del laboratorio de investigación genómica y proteómica, en donde tendría que trabajar con el personal académico de diferentes regiones de Rusia y Europa.

Los locales y equipo de laboratorio son los más nuevos, lo que permitía realizar los experimentos con los que en Letonia sólo podía soñar. Por cierto, es aquí donde he desarrollado mi tesis de maestría sobre el tema de las diferencias funcionales de las células específicas del sistema nervioso central.

Si hablamos de las condiciones de alojamiento, al principio todo parecía inusual: un guardia en la entrada y uno, en la puerta del piso, el hecho de vivir compartiendo una habitación con un vecino... Pero pronto nos hicimos amigos y aún seguimos en contacto. La residencia de estudiantes, sin duda, tiene su propio conjunto de reglas a que se debe acostumbrar. De vez en cuando teníamos pequeños choques con los guardias por el hecho de haber regresado tarde a la residencia de estudiantes. Quizás ésta sea la causa más común de la insatisfacción de los estudiantes, ya que los reglas establecen que desde las 00:00 hasta las 06:00 la residencia de estudiantes está cerrada. Afortunadamente, para mí fue el único inconveniente, pero incluso a menudo se podía llegar a un acuerdo con los guardias: todos te tratan con comprensión.

Me gustaría destacar el trabajo de la oficina internacional. Allí trabaja gente amable, siempre dispuesta a ir a contramano y a ayudar en todos los asuntos que surjan durante el período de intercambio. En general, recomiendo a todos los que vayan a viajar a Kaliningrado para estudiar debido al intercambio, que se comuniquen más, expresen su opinión.
La gente de aquí es muy abierta y comprensiva. Como Kaliningrado es una ciudad pequeña (incluso es más pequeña que mi ciudad natal Riga), un tiempo después puede llegar la nostalgia por su hogar y el deseo de irse. Vénzanse, dejen que la ciudad penetre en su interior y verán que hay muchas oportunidades no sólo para estudiar sino también para desarrollarse como personalidades.

Si todavía se preguntan a qué ciudad ir debido al intercambio en el marco del programa Erasmus Mundus, les recomiendo que consideren Kaliningrado como una opción de prioridad.